Curso de Field Target

Autor: Carlos M. “Charly”

 


 

 

 

9. EL CAÑÓN (2ª parte).

 

 

9.3 ¡Mi cañón está torcido!

 

  Al contrario de lo que muchos pudieran pensar, la rectitud no es un factor crítico en nuestras armas, ya que no se producen grandes presiones ni elevadas temperaturas al disparar.

Feinberkbau modelo “2”

Hace unos años Feinberkbau creó una variante muy especial del modelo “2” para una de las grandes ferias de armas con fines promocionales, cuyo cañón está literalmente enrollado alrededor del depósito, de la cual se fabricaron muy pocas unidades, ya que la opción de adquirirla con este cañón llevaba un sobrecoste de 1.000 dólares de la época. Algunos dirán que parece de broma, pero la precisión de esta arma es idéntica a la del modelo con el cañón recto que se usaba por aquel entonces en campeonatos de todo el mundo. Observa que en los últimos 2,5 cm el cañón está recto, eso es suficiente.

Realmente todos los cañones están torcidos aunque sea difícil apreciarlo, tanto por las propias tolerancias de fabricación como por la gravedad, que también les afecta a pesar de su diámetro. Una prueba de esto es que cuando se coloca por ejemplo un moderador, el peso adicional hace que cambie el punto de impacto, a pesar de que tan solo estamos colocando poco más de 100 gramos sobre un tubo de acero con gruesas paredes. Así, salvo que accidentalmente se haya doblado bastante y el punto de impacto se salga de la capacidad de ajuste de las miras o visor, no hay que preocuparse por tratar de enderezarlo, ya que la precisión será igual en ambos casos. También hay casos al contrario, al menos en USA hay tiradores que han doblado un poco el cañón a propósito para compensar la caída. 

 

9.4 La corona, el puerto de carga y el choke.

 

   La boca de un cañón que dé precisión, debe tener las estrías que acaben exactamente a la misma altura, para que el balín y el aire que lo empuja abandonen el ánima de forma uniforme en todo su perímetro. Esto se consigue simplemente cortando el tubo totalmente perpendicular a su eje y eliminando cualquier rebaba que pudiera quedar, pero el proceso de corte puede dejar pequeños engrosamientos de los macizos o desigualdad en flancos, etc... Por esto es habitual crear un achaflanado diagonal totalmente concéntrico al ánima con una inclinación de 10 a 45º y con un ancho de 0,5 a 3 mm, denominado corona, y que adicionalmente ayuda a proteger el estriado en caso de un golpe accidental. Sus formas y medidas varían mucho, encontrándolas de forma cónica, esférica, con superficies escalonadas, etc.

Hay una cierta controversia en todos estos temas, popularmente se cree que si la corona no es perfectamente simétrica, uno de los lados del balín saldría antes que el otro, permitiendo un escape de gas con un efecto desestabilizador sobre el balín en el comienzo de su camino hacia el banco, pero se han hecho experimentos  que demuestran que los gases que escapan tienen un efecto nulo sobre una bala en vuelo por el Dr. FW Mann, que escribió acerca de esto en su libro The Bullet's Flight, From Powder to Target. Y por otra parte también se ha comprobado que el mal estado en la terminación del cañón por diversos motivos, incluso errores de fabricación, incide negativamente en la precisión. 

corona de cañón

De izquierda a derecha: Rebaje de cañón para la protección de la corona, es posible apreciar el pequeño bisel en la boca del cañón que constituye la corona. Herramientas específicas para la creación de coronas. Fabricación de corona en el torno a 45º. Rebaje en torno y coronación a 11º (el más habitual). Corona defectuosa, descentrada y con rebabas, en este caso sería necesario rehacerla para disminuir el tamaño de las agrupaciones.

 

Los razonamientos anteriores sobre la importancia de eliminar las imperfecciones del estriado a la salida del balín son igualmente válidos en el lado opuesto, el puerto de carga debe alojar completamente el balín con precisión, evitando deformaciones al introducirlo, por tanto, es habitual la existencia de ese pequeño chaflán que adicionalmente viene muy bien para acomodar correctamente la falda. En ocasiones, el puerto de carga se hace ligeramente cónico, siendo inicialmente unas centésimas más ancho que el calibre del cañón, pero sin superar el fondo de estría, asemejando el cono de forzamiento que existe en las armas de fuego. 

Puerto de cargaEl choke del cañón en un arma de aire consiste en una reducción del diámetro del ánima hacia su final, cerca de la boca (de unas 5 centésimas de diámetro y unos 2 cm de longitud). El efecto que se persigue es que, una vez que sale la cabeza del balín fuera de la boca, su falda lo siga manteniendo recto y perfectamente centrado respecto al eje del cañón, lográndose la máxima precisión. Según H&N, asegura la uniformidad de los balines antes de salir del arma.

La existencia del choque se puede comprobar tomando un balín y empujándolo lentamente con una baqueta desde el puerto de carga hacia la boca, cuando faltan pocos centímetros para asomar, se nota un punto de resistencia a su avance por la reducción del ánima. Si actuamos al contrario, introduciendo el balín por la boca, tras pasar por el choque prácticamente se caerá hacia la boca. Si por desgracia un cañón con choque se monta al revés, colocando el estrechamiento en el puerto de carga, la precisión del arma será prácticamente nula, ya que el balín irá dando bandazos a lo largo de la parte ancha y cada balín acabará en un sitio distinto.

Estriado del balín

Aquí se puede apreciar la diferencia en la profundidad de las huellas sobre un balín. A la izquierda se le ha empujado suavemente en un cañón LW hasta casi el final y vuelto a sacar por el puerto de carga. A la derecha, en las mismas condiciones, se le hecho recorrer todo el cañón, pasando por el choke.

La mayoría de cañones de calidad vienen con choke, aunque no es tan crucial en la precisión como lo es la corona. La ventaja es que tendremos muchos modelos de balín que se adaptarán mejor al cañón, por contra se puede decir que el balín pierde velocidad en la salida.

 

9.5 Limpieza del cañón.

 

   El balín en su avance por el ánima se deforma al encontrarse con los estrechamientos, sobre todo la falda que es más ancha, en este proceso puede perder pequeños trozos de material y a veces quedan adheridos en las aristas como resultado de la presión y fricción. La acumulación de estos restos deteriora la precisión y, por tanto, han de ser eliminados con cierta regularidad.

La asiduidad del proceso depende en cada caso de la calidad de los balines usados y las características de fabricación del estriado propio del cañón. Cuanto más blando sea el material del balín, peor lubricado y más vivas sean las aristas en el ánima, habrá que realizarlo más a menudo. Hay quienes aconsejan una limpieza cada 1.000 tiros, otros cada 3 o 4 latas de balines, etc., pero esto es muy variable. En mi caso, utilizo balines de calidad que vienen lubricados y los cañones que utilizo están estriados por martelado en frío, así el emplome es muy bajo, lo limpio una vez al año (con unos 6000 disparos) y nunca he tenido problemas de precisión por acumulación de restos, es más lo limpio casi por poder decir que lo hago cuando me preguntan...

Adicionalmente debo de advertirte que hay muchos casos en los que, tras dejar totalmente pulcro el cañón, luego los primeros disparos digamos que no agrupan igual de bien, recuperándose la precisión tras 50 ~ 100 disparos, por lo que nunca debes de limpiarlo justo antes de una competición.

Para limpiarlo, primeramente, sigue todos los procedimientos de seguridad, arma descargada, seguro puesto, comprueba que no hay obstrucciones en el cañón... Trátalo con delicadeza, como si fuese muy frágil, no utilices varillas metálicas, puede dañarse la corona (la boca), el puerto de carga o las estrías del cañón, son mejores las baquetas flexibles de nilón o un hilo de éste material o un cable trenzado de acero, que debe ser fino y estar forrado de plástico. Estos últimos tienen la ventaja de que son fáciles de transportar y no se ven limitados si el puerto de carga es pequeño y angosto. 

El consenso general es utilizar un sistema que permita limpiarlo en el mismo sentido del avance del balín.

Si tienes un moderador/deflector/colector de polvo o lo que sea en el cañón, puedes utilizar una pajita plástica para ayudar a introducir un cordón a través del cañón. En el extremo del cordón que sale por el puerto de carga, se ata un pequeño trozo de paño lubricado y se tira del lado opuesto para que el paño pase a través de todo el cañón, retirando los residuos existentes.

El uso de cualquier tipo de pasta no suele ser aconsejable ya que aunque declaren no ser abrasivas, su misión es pulir (lapear como dirían los yanquis) y esto produce un desgaste en el fino estriado, a lo sumo se puede utilizar en algún caso al comienzo de la vida del arma, cuando la sacamos de su embalaje y el ánima ha sido protegida de la corrosión con algún tipo de grasa consistente o cera por el fabricante. Igualmente, el uso de cepillos metálicos tampoco es aconsejable por esta misma razón y tras consultar unos cuantos manuales de diversos fabricantes, en ninguno he visto que se recomienden ninguno de estos dos métodos.

sistema limpieza para cañon

En las fotografías aparecen dos sistemas comerciales que se pueden adquirir en armerías, se aprecia la punta de una varilla flexible y un cable de acero con una terminación para roscar un cilindro de fieltro, pero es muy sencillo fabricarnos nosotros mismos este tipo de herramientas u otras equivalentes.

Un medio barato y eficaz para limpiar el ánima del cañón, se puede hacer con un trozo de unos 90 cm de la cuerda del cortacésped o de guía de electricista. La cuerda plástica no dañará el estriado o la corona como una varilla de limpieza. Para hacer la herramienta, primero córtala a la medida y asegúrate de cortar en ángulo un extremo (en punta) que se utiliza para la perforación de un parche para limpiar. El otro extremo fúndelo en una gota utilizando un encendedor. Calienta el final a continuación, presiona contra una superficie metálica plana para crear un pegote plano en el extremo. Utiliza entonces una lima de uñas para hacer el contorno al pegote, a un tamaño que entre perfectamente en el agujero del arma. Límalo alrededor de su perímetro comprobando el ajuste en la cavidad. Cuando hayas terminado todo, perfora un parche con el extremo puntiagudo de la cuerda y deslízalo hacia el pegote. Entonces puedes introducir el extremo en punta por la abertura del puerto de carga para pasarlo a través del agujero del cañón hasta que sale por el otro lado. Este tipo de cuerda se puede introducir desde las zonas con aberturas cortas, donde una baqueta no entra debido a los extremos rígidos de metal.

Con un cable fino de acero trenzado (de 1 mm o menos) solo tienes que doblar la punta haciendo un ojal u ojo de aguja y forrarlo con macarrón termo retráctil, que puedes encontrar en tiendas de componentes electrónicos. En el ojal coloca un pequeño trozo de trapo o parche, actuando de igual manera para limpiar que con la cuerda del ejemplo anterior.

Otra solución comercial, aunque algo menos recomendable, es la baqueta con cepillo pero con cerdas de plástico, al menos hay varios modelos de este tipo tanto en el 4,5 como en el 5,5.

balines de fieltro

Si no quieres complicarse, también se fabrica una especie de balín de fieltro diseñado específicamente para limpiar el ánima de los cañones, aunque es más difícil ver el resultado, porque tendrías que ir recuperando los disparados para ver si salen muy sucios o no.

Este es el proceso recomendado por Steyr para la limpieza en sus armas de competición, sin embargo considero que solo es conveniente en las de PCP o CO2 ya que el peso y resistencia de estos cilindros de fieltro es bastante pequeña y en armas de resorte sería casi equivalente a disparar en vacío, lo cual no es bueno para la vida del muelle de la cámara de compresión.

Para todos los métodos, si lo deseas, puedes poner un poco de aceite lubricante en el cepillo de cerdas de la baqueta o en parches si los usas (utilizo algunas gotas en los primeros trozos de paño, que suelen salir negros y acabo pasándole el último seco, si nada más).

El antiguo método de desemplomado mediante el uso de mercurio se suele desaconsejar por la peligrosidad en la manipulación inadecuada de este metal pesado, que emite vapores tóxicos y es absorbido por la piel, con el consiguiente perjuicio, no obstante, en casos de emplome extremo, cuando se han agotado las otras vías, ningún método puede solucionar mejor el problema que éste y sin causar ningún daño en el estriado.

El proceso es sencillo, debes sellar uno de los extremos del cañón, llenando su interior de mercurio metálico y por seguridad, taponar también el otro extremo; lo dejas reposar toda la noche, a la mañana siguiente retiras el tapón y extraes el líquido, que será una mezcla del propio mercurio y del plomo disuelto, tras lo cual se termina la limpieza pasando unos paños o trozos de tela. El mercurio se puede filtrar poniéndolo sobre una tela muy tupida o un trozo de manta vieja que tenga los poros muy cerrados, se retuerce hasta que salga el mercurio (el plomo se quedará dentro), y se vuelve a guardar, pues es reutilizable infinidad de veces.

El cuidado exterior de cualquier cañón es sencillo, igual que cualquier otra parte metálica del arma susceptible de corrosión. La limpieza con un trapo suave permite retirar los ácidos y sales que contiene nuestro sudor, luego aplica un poco de aceite para protegerlo de la humedad, sobre todo si vives en lugares cercanos a la costa o en sitios de montaña muy húmedos, lo más importante es que el aceite no contenga solventes que puedan atacar a las juntas tóricas, uno de los más usados es el WD-40, pero la mayoría de los “multiusos” son muy válidos, igualmente los de silicona.

 

 

 

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