Mejora del disparador Gamo

Autor: Josep Ribas “Quintá”


 

  Como es sabido, el disparador de las carabinas Gamo deja mucho que desear en cuanto a presión necesaria para el desenganche con lo que conlleva de empeoramiento de la precisión. Se ha experimentado ya bastante para su mejora y se han aportado ideas interesantísimas, pero algunas de ellas se inclinan por la idea de cambiar la cola del disparador emulando uno de competición (y a mi no me satisface cambiar el look de las clásicas carabinas Gamo pues, no nos engañemos, no son armas para competición). Para mi gusto un arma bronca de muelle y pistón, que no dará resultado en competición, sí puede merecerse un afinado al máximo para ejercer con dignidad en un medio montaraz. Para esto no veo apropiado ponerle una cola de disparador con forma exótica, prefiero la conservadora forma del “gatillo” clásico a pesar de que sea simple chapa doblada –dorada en la Gamo Máxima- en lugar de una pieza de fundición o mejor aún forja (no soy optimista ni nada, con el tiempo que ha que no se llevan esas cosas…).

  Por otra parte, en estas propuestas, se suele suprimir toda la cola de disparador, para poner una pieza más o menos elaborada que acciona el mecanismo con un mayor brazo de palanca que el original y con disminución de esfuerzo como es natural. Con el propósito de aprovechar al máximo, se suprime el tornillito famoso que regula la superficie de “enganche” y de paso proporciona el típico “dos tiempos” –a pesar que con buen criterio alguien dice que eso no es propiamente dos tiempos-. Digamos, pues, que el seudo-dos tiempos…

  Veamos la situación: no quiero cambiar la imagen de la carabina, me gusta que si no dispone de unos auténticos dos tiempos al menos se note un “escalón” antes de la suelta del disparo, por lo tanto no quiero anular el tornillo de marras, pero el citado “escalón” debe ser leve, que haya poca diferencia entre la fuerza necesaria para vencer el muelle recuperador del gatillo (durante la primera parte del recorrido) y la suma de ésta, más la del “desenganche”, al final del recorrido.

  La solución básica será aumentar el brazo de palanca. Luego se puede afinar las superficies de contacto para un mejor deslizamiento, claro… Puesto manos a la obra y tras varios prototipos, logro una pieza que culmina mis deseos:

Mejora del disparador Gamo

Para que se vea la diferencia de funcionamiento entre las versiones que he probado, pongo a continuación unas fotos de las piezas protagonistas montadas por encima de la “caja” del propio disparador:

Mejora del disparador Gamo

Esta es la disposición del mecanismo tal como viene de origen. Obsérvese que la fuerza de la cola del disparador se ejerce en la parte central del rebaje hecho a propósito. Todos sabemos que si cambiamos el famoso tornillo (que actúa en el extremo derecho de la imagen, empujando hacia arriba la pieza de color claro) por uno más largo, además de conseguir que enganche menos y se accione con menor fuerza, separa el pivote del rebaje citado y por lo tanto se aumenta descaradamente el recorrido libre o seudo primer tiempo. La solución bastante efectiva, y ampliamente probada, de poner una arandela sería esta:

Mejora del disparador Gamo

Puede verse que ahora el apoyo no se efectúa en la parte central del rebaje sino en la arista derecha, más alejada del eje de la pieza y, por tanto, con mayor brazo de palanca. Además hemos conseguido que el recorrido muerto del seudo primer tiempo haya disminuido considerablemente. En aras a conseguir aún una mayor distancia entre el eje y el punto de accionamiento, fabriqué la susodicha pieza que actúa de esta guisa:

Mejora del disparador Gamo

Es todo lo larga posible, dejando aún un mínimo espacio donde se apoya el tornillo mentado, si bien el primer seudo tiempo queda muy cortito (tal como a mi me gusta) pero no prescinde de él.

  Partiendo de la base que no podemos arriesgarnos a que se suelte un disparo en el momento más inoportuno, siempre es necesario dejar el tornillo de tal modo que el enganche sea lo suficiente seguro para que por un manejo brusco no se produzca el tiro. El método de apretar el tornillo hasta que el mecanismo no engancha y luego ir aflojando hasta que sí se consigue es adecuado, pero además deberemos dar una vuelta más para disponer de margen de seguridad. Pues con el tornillo en esta posición he probado el peso del disparador en las tres configuraciones de las fotos y en la primera (gatillo de origen) el quiebre acontecía algo por encima del kilogramo (y además el recorrido del primer tiempo era largísimo). Instalando la arandela de latón y sin variar la posición del tornillo, soltaba el tiro cuando se colgaba de la cola del disparador un peso de unos 650 gramos. Con la pieza esta de nuevo diseño y el tornillo en idéntica posición, salta el mecanismo alrededor de los 400 gramos.

  Considero que para una carabina de su categoría este disparador es más que satisfactorio. Apurando en seguridad a base de apretar más el tornillo, anulando prácticamente el primer tiempo, he llegado a pesar solamente 300 gramos, pero considero que además de innecesario, es una temeridad. No tenemos un disparador de competición con la solidez y precisión que estos tienen y por lo tanto no le pidamos estas prestaciones extremas. Hay que pensar, por ejemplo, que la pieza que soporta el tornillo regulador este famoso es de plástico entrado a presión en el agujero practicado a propósito en la pared frontal del casette de disparo. Lógicamente no es muy precisa y fiable su regulación.

  Este es un pasito más en la mejora del gatillo Gamo sin entrar en la posibilidad de hacer un auténtico “dos tiempos” que también es posible y quizás algún día lo intente, pero antes sí que procuraré afinar un poco las superficies de deslizamiento para mejorar un cierto arrastre que le noto, pero es que por ahora está tal como viene de fábrica y ni siquiera le puse una pizca de lubricante. La verdad es que este artículo sale un poco precipitadamente.

 
ATENCIÓN: Manipulaciones hechas a nivel personal y de forma experimental. El autor y el portal declinan toda responsabilidad por manipulaciones inspiradas en estas explicaciones y avisan del peligro de llevarlas a cabo.
 

  Este artículo está rescatado de la página personal de Josep Ribas. Si queréis verlo tal cual fue publicado por su autor no tenéis más que pinchar sobre el siguiente enlace:

http://personales.ya.com/ribas/article2/gallet.htm


 

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