Review del visor Leupold Competition 35x45

Autor: Nicolás “Xaloc”

  Por fin después de dos meses en los que pensé que se había perdido en el Triángulo de las Bermudas, apareció el paquete que contenía los tres visores Leupold Competition 35x45 que habíamos pedido tres arriesgados e intrépidos aficionados para tratar de superar nuestros resultados en la modalidad field target. Arriesgados e intrépidos digo porque gastar 3000 dólares (bueno, a mil por barba más impuestos) en unos visores que suponemos buenos pero que no hemos visto ni de cerca... ¡Hay que tener afición!.

  Ya con los visores sobre la mesa, y los ánimos más tranquilos, he podido hacer un pequeño examen y comprobación para ver si los anhelados visores cumplen con nuestras expectativas. Vamos a ver.

  Desde luego que los señores de Leupold saben bien lo que se hacen dado que los visores, antes de mirar por ellos, dan la sensación de alta calidad. Incluso los embalajes y accesorios trasmiten esta sensación de cuando uno tiene algo de calidad en las manos.

Extraído el visor de la caja lo mismo, se nota que está muy bien construido. Otra cosa será que sirva bien para lo que queremos. Un toque de distinción: el arillo dorado con las características del visor.

Viene con tapas protectoras de rosca tanto para las torretas como para la rueda de enfoque. Esto no lo veo muy útil en nuestra modalidad de tiro, pero todo consiste en quitarlas y ya veremos qué hacemos para que sea más práctico.

  El visor viene con ajuste de paralaje a distancias más apropiadas para la caza, y será necesario hacer un reparalaje para que sea útil en nuestra modalidad de FT. Esto era lo que más me preocupaba al principio, ya que si bien confiaba en que iba a funcionar el “método Xaloc” hasta que no lo viese de cerca y lo comprobase no podía estar seguro de ello; en muchos sistemas ópticos los arillos de ajuste están pegados de fábrica y esto hace dificilísimo, si no imposible, su ajuste o reparación. Sabíamos de antemano por foros americanos que se podía hacer, pero como digo hay que verlo de cerca.

  El arillo exterior actúa de freno del interior, que es el que ya mueve las lentes. Esta vez no me valía lo de aflojar con las manos el arillo. Era imperativo utilizar las herramientas apropiadas ya que el arillo está pegado, afortunadamente no con pegamentos de epoxi, y tras un primer intento frustrado al segundo, más contundente, el arillo de freno cedió. Esto me permitió mover el otro, el que mueve las lentes, en el sentido antihorario... como una vuelta y media casi dos. Una foto de la herramienta casi diría que imprescindible para hacer el trabajo:

Esto no lo tenemos en casa obviamente, es una herramienta específica de los que reparamos ópticas, pero se puede suplir con esta otra especie de “llave de cuernos” que se puede improvisar con una pletina de acero y una piedra esmeril o una lima. En cualquier caso, y como hay que hacer bastante fuerza para despegar el primer arillo, no está de más el hacerse un disco de cartulina o similar para proteger las lentes durante la operación.

Algo que me preocupa mucho siempre que tengo que “meter mano” a un equipo nuevo es el hecho de que viene de fábrica inmaculado y tan solo por aflojar un tornillo, o lo que sea, ya se deja algo marcado. Esto pasa porque casi siempre en las fábricas montan las piezas sin apretar pero con pegamento y al ensamblar todo va suave, pero cuando se endurece el pegamento... Desmontar es mas difícil y siempre se nota. Cuando además el visor u objetivo, cámara o lo que sea, no es mío me queda la sensación de que si me lo cargo por un rayajo o algo así... que mal rollo. Bueno confiemos en la experiencia y también en la suerte.

  Ya una vez con el arillo que mueve las lentes flojo, y el visor bien sujeto en un trípode robusto, se busca una carta de enfoque y se dispone el visor a los 8'5 metros que queríamos de enfoque mínimo.

A veces veo medir desde la boca del cañón pero opino que lo correcto es hacerlo muy cerca de las torretas que es donde está el primer plano focal, y es precisamente desde ahí como se miden las distancias en los sistemas ópticos. Otra cosa será que en el campo de tiro los blancos estén a los metros que sean desde la línea de tiro y nosotros con la carabina medio metro más atrás... Bueno digo que el visor a 8'5 metros de la carta de foco. ¿Qué vemos?.

Pues la carta lógicamente, pero con una calidad de primera; nada que ver con la foto que os pongo. La imagen es de una limpieza impecable y el enfoque se realiza sin ningún esfuerzo ni duda ya que el sistema de enfoque carece totalmente de holguras. Puedes mover el arillo de paralaje hacia delante y atrás y ves como el enfoque reacciona en consecuencia sin puntos muertos y con total fiabilidad, con tacto profesional, como a mí me gusta. Otro pero... La rueda de enfoque es muy pequeña y no va a resultar muy eficaz; necesitamos hacer una de tipo field target. Tengo que adaptar para que sea útil una rueda de unos 120 mm de diámetro. Bueno eso ya lo haré más tarde.

Está claro que éste no es un visor diseñado para FT pero sí es un muy buen visor que adaptaremos a nuestras necesidades.

  Una vez ajustado a 8'5 metros el paralaje ya tenemos un “supervisor” con una magnífica imagen y un enfoque crítico muy bueno para calcular distancias. A propósito, la distancia lejana se queda sobre los 70–80 metros una vez hecho este arreglillo; lógicamente el infinito se pierde. A distancias cortas el campo de visión es muy reducido debido a los altos aumentos que además no podemos variar. Son 35 aumentos fijos que nos da un campo de 9'2 centímetros de ancho. Repito que la calidad en directo y a ojo es impresionante y que la foto no hace justicia.

Otra cosa que llama la atención inmediatamente es la súper-finura de las retículas que hemos elegido. Podíamos escoger entre cruz y cruz con punto. A pesar de que Leupold ofrece en el catalogo muchas retículas distintas, incluso mil-dots, el distribuidor sólo tenía disponible estas. Me preocupa un poco que no vea bien una línea tan fina sobre los blancos (que suelen ser negros) de FT. Ya veremos.

El hecho de ser de aumentos fijos y altos hace que sea algo difícil la adquisición del blanco, pero ya estoy acostumbrado dado que con los Tasco siempre uso 40 aumentos y apenas bajo de ahí, tan solo alguna vez que no encuentro la silueta del bicho.

  Bueno estas son unas primeras impresiones de un visor que considero muy bueno aunque no apto para principiantes por sus aumentos altos y fijos.